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Adicción a los videojuegos

En la actualidad la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la adicción a los videojuegos desde 2018 como una enfermedad dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades, y para poder ser diagnosticada debe darse por un periodo de, al menos, 12 meses.

La Estrategia Nacional de Adicciones que aprobó el Ministerio de Sanidad en España incorporó por primera vez las adicciones sin sustancia como las nuevas tecnologías, el juego y los videojuegos a la lista ya existente de adicciones.

Es necesario tener en cuenta que el videojuego no es un juego de azar donde la suerte es el componente más importante. Es cierto que en un videojuego la suerte influye pero sobre todo es la habilidad del que juega, en la medida que desarrolla la estrategia para ir superando las metas, los objetivos, y los retos que se le van presentando a lo largo de toda la actividad.

Las habilidades de cada jugador pueden ser muy complejas por lo que estimulan neurocognitivamente pero donde la personalidad del que juega y sus circunstancias individuales, familiares y sociales, tienen un peso importante para que la variable adicción aparezca.

Si se trata de niños y jóvenes, la posibilidad de adicción a este tipo de juegos se potenciará de manera aritmética en proporción a las variables de su carácter y de su vida personal.

Son los custodios del menor y los familiares los que deben establecer cómo deben jugar, cuando, cuanto tiempo, a que deben jugar y a partir de que años pueden hacerlo con cada tipo de juego. Para ello, es necesario que los custodios, padre/madre, informen a sus respectivos abuelos, o personas a las que deleguen el cuidado del menor, sobre los juegos que pueden utilizar, las situaciones y tiempos acordados.

Para prevenir las adicciones es indispensable tener en cuenta la información que se da a continuación:

  • A partir de qué edad de puede jugar:

Lo primero recordar que un videojuego es un tipo de juego más y que requiere como cualquier otro juego del niño un tipo de vigilancia. Del mismo modo que si un niño juega al sol en la playa vigilamos su tiempo de exposición al sol, lo protegemos con cremas solares, le hidratamos dándole agua, en el caso de los videojuegos tendremos que tener en cuenta una serie de reglas indispensables para el bienestar del menor y dependiendo de la edad del niño hablaremos de diferentes videojuegos que en su justa medida no son para nada perjudiciales para el niño siempre y cuando se controle el tiempo de exposición, se proteja la vista del niño y se tenga en cuenta la postura del menor durante el tiempo que juega.

El cerebro de un niño está preparado para aprender, los juegos de Tablets en el caso de edades de 3 a 4 años, creados específicamente para educación infantil, contribuyen al aprendizaje y a la estimulación del niño, hablamos de juegos que selecciona el adulto y que sirven para que el niño interactúe con un dispositivo cuya atención sostenida no requiere más de 5 minutos y su proactividad no se puede mantener durante mucho tiempo porque se aburren, ya que de 3 a 4 años ellos no conocen metas, etc.

Se recomiendan juegos de aprendizaje a través de dispositivos inofensivos para su salud con la presencia siempre del adulto y por no más de 10-15 minutos. Es importante controlar el volumen, no alto, el brillo de la pantalla y el tipo de luz que emite esta. Lo mejor es activar la opción bluesade que bloque la luz azul o poner un filtro de luz azul, así como evitar la luz brillante y los sonidos fuertes.

Hacia los 6 años, los contenidos musicales, los dibujos y sus películas favoritas son  repetidos con asiduidad. Del mismo modo, en los videojuegos ya pueden realizar juegos sencillos en los que valoraremos sus habilidades cognitivas que pueden desarrollarse a través de la práctica y juegos más avanzados, entendiendo que desarrollarán sus habilidades cognitivas de análisis, planificación y ejecución, pero su atención no se mantendrá durante mucho tiempo. Las precauciones que tomaremos son las mismas que cuando tenían 4-5 años, vigilar la postura ergonómica, la distancia visual a la pantalla (evitar los ordenadores) y no utilizar nunca los teléfonos móviles para jugar, vigilar la luminosidad y el volumen. A partir de esta edad habrá que vigilar el momento del día en el que el niño quiere jugar porque son los adultos los que deben marcar las horas de juego y el tiempo que utilizan para ello. Nunca cuando no hay luz solar que corresponde a horas anteriores al sueño y evitar el uso cotidiano de este tipo de juego: el videojuego. De modo que si se utiliza fines de semana siempre a poder ser después de un salida al parque, con la familia, en esas horas en las que se requiere tranquilidad dentro del hogar y se le pueden conceder a los niños una parte de nuestro tiempo junto a ellos delante de la Tablet para su juego interactivo de aprendizaje y/o de estimulación cognitiva, de modo que el menor comience a desarrollar un aprendizaje interior de las rutinas indispensables para jugar a los videojuegos. Esto nos evitará muchos problemas más adelante. Si dejásemos solo a un niño de 6 años o 7 con un videojuego lo primero su distancia visual a la pantalla no estaría controlada, el volumen tampoco y el tiempo si no lo marcamos desde el principio se convertirá en un presente continuo que a lo largo del desarrollo del niño él puede entender que dura según su voluntad o la que marque el propio juego y esto puede producir una adicción futura a los videojuegos.

A partir de los 6 años es muy importante vigilar a que contenidos puede acceder el niño, es indispensable informarse detenidamente de los videojuegos que hay en el mercado, acceder al historial de su uso para detectar contenidos inadecuados. Por otro lado, seguimos pensando que el ordenador en estas edades y hasta los 9-10 años ha de ser utilizado de manera cautelosa favoreciendo herramientas como las Tablets y evitando en su totalidad los teléfonos móviles. Si un niño de esta edad escucha palabras que no entiende a veces el propio adulto sin darse cuéntalo envía a un dispositivo electrónico a buscar la palabra cuando lo oportuno para el aprendizaje del niño es que disponga de un diccionario al lado ya que sabe leer y necesita aprender el manejo del diccionario, y busque la palabra. El uso combinado de diferentes herramientas pedagógicas para el aprendizaje lúdico del niño previene la adicción a los videojuegos y a los dispositivos tecnológicos.

Usar la regla 20-20-20, mirar cada 20 segundos un objeto situado a 6 metros previene el cansancio y la sequedad ocular, es decir, que más de media hora a estas edades sin descansar la vista perjudica visualmente. Cuanto más tiempo de exposición al juego tenga el niño mayores van a ser las posibilidades de crear una adicción.

A partir de los 9 años los videojuegos se convierten en la pasión de muchos niños, ya pueden planificar, aprender estrategias y sus habilidades cognitivas les permiten interaccionar de manera más compleja y ejecutar para conseguir objetivos y metas, y es a partir de esta edad cuando los riesgos comienzan a ser muy altos, pero nuestras normar tendrían que mantenerse, está claro que mantener al lado de un niño mientras juega puede ser aburrido para el adulto, pero si limitamos a 20-20 la exposición del niño en esas edades y nos mantenemos firmes en nuestra resolución de no dejarlo solo aunque nos lo pida prevendrá problemas futuros de libre albedrío.

A medida que crezca hemos de tener en cuenta que los juegos al aire libre con otros niños y basados en el ejercicio, en actividades deportivas, etc, favorecen el desarrollo temprano del cerebro y de la mejora de la psicomotricidad fina y gruesa y por lo tanto son óptimos para el desarrollo madurativo del niño.

El videojuego es una opción más para momentos en los que “no hay nada más”. Es importante que los niños jueguen con amigos, familiares, presencial y sobre todo on-line. El menor ha de entender siempre la peligrosidad del juego on-line con los “otros” amigos virtuales desconocidos. El niño habrá aprendido que nunca puede jugar antes de dormir porque se desvelará y hasta puede tener pesadillas, no es recomendable jugar más allá de las 7 de la tarde.

A partir de los 12 años los videojuegos pueden mejorar las capacidades cognitivas en cuanto el niño tiene libertad, autodirección y competencias para gestionar los recursos y sus funciones ejecutivas, pueden resolver problemas difíciles y mejorar sus habilidades porque la edad no importa pero la habilidad sí, convirtiendo a los videojuegos en un juego real, pero siempre bajo la supervisión de un adulto, y en esta edad ampliaríamos la supervisión a las redes sociales.

Síntomas de adicción a los videojuegos

     

    1. No saben jugar a otra cosa, muchos niños sobre todo en edades de 9 años en adelante están pendientes de los juegos que han dejado sin terminar para continuar con ellos, y eso les hace “aparentemente” portarse bien hasta que consiguen llegar a su videojuego, no quieren hacer deporte, no quieren ir a actividades extraescolares, solo quieren ir a su casa y terminar con lo que tenga que hacer para poder seguir con su videojuego. Lo que nos lleva al punto 2.
    2. El aislamiento social se produce con la pérdida de contacto con amigos y familiares. Aquellos iguales que realizan la partida con el niño vía on-line serán sus amigos virtuales, probablemente conocidos, pero el resto de personas que no entren en el círculo de su videojuego no le interesarán. Puede suceder que un niño por sus características personales se encuentre solo pueda llegar a encontrar en un videojuego el consuelo de la compañía como medio para interactuar con los otros con el agravante de que si no hay un adulto supervisando puede que no conozcamos a los “otros”.
    3. Bajo rendimiento académico, tarde o temprano los niños con adición a los videojuegos dedican más tiempo a jugar que a estudiar y hacer trabajos pendientes o deberes, lo que produce bajo rendimiento académico y problemas en el aprendizaje con síntomas de déficit de atención de los cuales vemos muchos en nuestra consulta.
    4. Conducta agresiva y ansiedad manifiesta. El niño canaliza su estrés y su ansiedad a través del videojuego siendo por igual el hecho de que el estrés y la ansiedad le lleven al videojuego como que sea el videojuego el que le produzca el estrés y la ansiedad porque este niño se adicionará por igual al videojuego y necesitara u tratamiento específico de desensibilización a los videojuegos.
    5. Pérdida de la noción del tiempo. Muchos padres se quejan de que sus hijos nunca quieren dejar de jugar y es que para ellos no existe otro presente continuo que el que marca los objetivos del juego, por lo que la partida puede durar el tiempo que marque el final del juego, no el tiempo real, el tiempo deja de existir para ellos y sí es importante ser muy firmes en este punto. Si el tiempo se ha acabado la luz se va o el wifi desaparece y ellos lo tienen que saber. S i nuestro hijo reacciona con agresividad, tiene estallidos de ira por no jugar, durante el tiempo que juega no va al baño, se salta comidas, etc, tendremos que pensar en visitar al psicólogo lo antes posible, porque él por sí solo no va a poder solucionar el problema y con la familia difícilmente ya que buscará el lugar o el sitio para hacerlo por su cuenta.
    6. Los dolores y enfermedades posturales. Pasar muchas horas seguidas jugando frente al televisor o el ordenador pueden llegar a desarrollar problemas óseos, de articulaciones o de circulación, especialmente en la espalda, muslos y manos.

En otro apartado desarrollaremos el tratamiento que realizamos en el centro Otaduy para la adicción a los videojuegos. Cualquier otra duda pueden consultarnos en los teléfonos 963304277-678397891.