Es una dificultad del aprendizaje específica de las matemáticas, independientemente del nivel mental, de los métodos pedagógicos empleados, y de las perturbaciones afectivas que se observa en algunos niños: dificultad de integración de los símbolos numéricos en su correspondencia con las cantidades reales de objetos. Es el equivalente a la dislexia pero en lugar de referirse a la lecto-escritura, se refiere a la comprensión y realización del cálculo matemático.
La discalculia se presenta en una etapa muy temprana, siendo el primer síntoma la dificultad en el aprendizaje de los dígitos. Ello se debe a que el niño no entiende la correspondencia entre el dígito y la cantidad, y comienza a ver que las matemáticas son complicadas. La correspondencia entre lo concreto (la cantidad) y lo abstracto (el símbolo), es un paso que el niño con discalculia, se ve incapaz de entender. Los afectados tienen un cociente intelectual normal o superior pero manifiestan problemas con las matemáticas, señas, direcciones, etc.
Fisiológicamente pueden influir en ella un déficit en la percepción visual o problemas de orientación.
Los síntomas más frecuentes son:
Es difícil predecir qué niño de preescolar, que presentan problemas de conteo, y de concepto numérico, etc. seguirá presentando discalculia a medida que se desarrolle y evolucione, de modo que en su primer grado, no realice una escritura correcta de los números y que, no respondan a las actividades de seriación y clasificación numérica o en las operaciones.
En los niños de grados mayores les afectará en el razonamiento matemático, resultando imposible la resolución de los problemas aritméticos más simples. Pero existen estudios recientes que permiten desarrollar mediciones de identificaciones tempranas de discalculia.
Por otra parte estos niños corren el riesgo de desarrollar ansiedad hacia las matemáticas, lo que les supone un bloqueo emocional que afectará a su capacidad cognitiva, no solo en el ámbito de las Matemáticas sino en otras asignaturas, con lo que nos dificultará el diagnostico.
Según el DSM IV ( Manual de diagnostico y estadístico de T.M.), el diagnóstico del Trastorno del cálculo o Discalculia requiere que la capacidad para el cálculo, sea evaluada mediante pruebas estandarizadas administradas individualmente, se sitúe sustancialmente por debajo de la esperada por la edad cronológica del niño, su capacidad intelectual y la escolaridad propia de su edad.
Además, esta dificultad debe interferir significativamente en el rendimiento académico o las actividades de la vida cotidiana que requieren capacidad para el cálculo.
En nuestro centro de Psicologia infantil en Valencia, y psicoledagogia, el diagnóstico de la discalculia se realiza actualmente a partir de los resultados obtenidos en la exploración neuropsicológica, en la que además de evaluar todas las capacidades anteriormente descritas, se evalúan otras funciones cognitivas, como la memoria, la atención, las capacidades visuo perceptivas y visuo-espaciales y las funciones ejecutivas.
Además, es necesario realizar una evaluación de la capacidad intelectual global, para ver en qué medida los problemas con el procesamiento numérico y el cálculo, son específicos o bien pueden ser secundarios a una baja capacidad intelectual.
Los test que utilizamos para la exploración neuropsicológica están baremados, de manera que se comparan las puntuaciones obtenidas por el niño/a evaluado con las obtenidas por los niños/as de su misma edad y escolarización.
Para diagnosticar una discalculia, el rendimiento debe estar dos cursos académicos por debajo del esperado.
En nuestro país, la discalculia es aún un trastorno prácticamente desconocido. En muchas ocasiones, las dificultades en el área de las matemáticas son interpretadas como el producto de un esfuerzo insuficiente, o simplemente como el resultado de enfrentarse a unos contenidos difíciles.
¿Quién no ha afirmado alguna vez que las matemáticas son difíciles? Hace no muchos años pasaba algo parecido con la dislexia.
Ante numerosos fracasos y suspensos con las matemáticas, es recomendable realizar una evaluación psicopedagógica y su fuera necesaria una evaluación neuropsicológica para determinar el el origen de las dificultades.
Sólo de esta manera se puede iniciar la reeducación para superar estas dificultades.
Sobre la necesidad de un diagnostico en edad temprana seria aconsejable y necesario realizar como dijimos anteriormente realizar una prueba estandarizada precisa sobre procedimientos de conteo utilizados para resolver problemas aritméticos, la capacidad de recordar los hechos por parte del niño.
También realizamos un análisis de los resultados académicos en otras Áreas, con el fin de conocer motivos significativos para descartar otras posibles causas de la dificultad hasta llegar a aislar la Discalculia, antes de realizar las pruebas pertinentes.
Realizamos una evaluación exhaustiva no solo en el ámbito de las matemáticas aplicado a su nivel, también analizamos las dificultades de atención asociadas a este tipo de problemas ( por ejemplo, los números que se lleva, los signos…).
La experiencia continua de fracaso o dificultad puede provocar la aparición de conductas de evitación hacia este tipo de tareas, por esta razón estos niños pueden parecer perezosos. También es frecuente que dediquen mucho tiempo a las tareas escolares sin que los padres o cuidadores vean un aprovechamiento proporcional al tiempo empleado. Su forma de trabajar en ocasiones es descuidada y lenta.
Una evaluación neurosicológica nos permitirá explorar si la discalculia es pura o si además retenemos un problema de dislexia o TDA, con los que presenta una comorbilidad de un 30%.
Es necesario a veces realizar además de la evaluación psicopedagógica, una evaluación neurosicológica para delimitar el problema, diagnosticarlo y realizar un programa de reeducación.
“En la actualidad desconocemos cómo evitar la discalculia, pero sí sabemos qué debemos hacer para modularizar la mente de los niños desde que son bebés, favoreciendo su futura comprensión del mundo matemático, así como las estrategias que pueden resultar eficaces para dominar las técnicas específicas de este lenguaje. Esta intervención educativa optimizadora del desarrollo, que realizamos en nuestro Centro, podría llamarse “intervención estructuralista” “intervención estructuralista” (Enzensberger, H.M. El diablo de los números, Siruela, 1997).El tratamiento es individual y, en un primer momento, el niño deberá realizar actividades guiado por el psicopedagogo.
Todos los ejercicios de rehabilitación matemática son atractivos para que el niño se predisponga al razonamiento, en primer término, por agrado o por curiosidad, y luego, proceder al razonamiento matemático.
En ausencia de trastornos orgánicos graves, procedemos a la reeducación. La adquisición de destreza en el empleo de relaciones cuantitativas es la meta de la enseñanza a niños discalcúlicos.
Nuestra metodología aplicada se basa en una correcta transición de lo concreto a lo abstracto a través de una serie de ejercicios donde el alumno aprende de forma más rápida y eficiente, entendiendo el cómo y por qué de las cosas.
Este método se aplica tanto a niños visuales (niños con un estilo diferente de aprender y percibir debido a que piensan con imágenes y no con palabras).
Realizamos un análisis necesario sobre la noción del trastorno emocional relacionado con lo que respecta a la aritmética elemental que produce ansiedad ante las matemáticas, combatiendo dicha ansiedad mediante pequeñas exposiciones guiadas a través de nuestros métodos adaptados a cada alumno, sus características y su nivel académico, de modo que se canalice dicha ansiedad, mediante la resolución del conflicto de manera autónoma y significativa.
El objetivo es conseguir que el niño pierda el miedo a la asignatura, consciente de que puede enfrentarse a ella porque le hemos dado las herramientas necesarias para hacerlo y estamos todos los actores implicados, psicopedagogo y psicólogo del Centro, familia y profesores) a su lado colaborando de manera multidisciplinar.