Aprender en tiempos de COVID: cómo ayudarles a desarrollar la autonomía académica

Aprender en tiempos de COVID: cómo ayudarles a desarrollar la autonomía académica

Beatriz Alonso, Sapos y Princesas, El Mundo, 5/10/2020

Aprender en tiempos de COVID constituye un auténtico reto para los estudiantes, a los que este curso se les plantean muchas complicaciones que deben afrontar. Y la pandemia, aparte de sacudir los cimientos de la sociedad a todos los niveles, nos obliga a recordar algunos capítulos que teníamos pendientes en el contexto escolar. Uno de esos desafíos es el de desarrollar en los alumnos la capacidad de organizarse y avanzar en el propio aprendizaje. 

Esto implica saber estudiar, gestionar de manera eficaz el tiempo y realizar las tareas de manera autónoma. Y hacerlo sin la presencia continuada de personas adultas. Todas estas competencias siempre serán de gran utilidad, pero en esta época que nos está tocando vivir, más todavía. Porque la frecuencia de las clases se ha visto reducida considerablemente, sobre todo en los niveles superiores, y cada vez deben hacer más cosas solos en casa.

Un proceso lento y gradual

Sabemos que la autonomía académica no es algo que se consiga de la noche a la mañana, sino que requiere de tiempo de entrenamiento. Y además sigue un progreso paulatino.

Por ejemplo, es realmente difícil que un adolescente de 15 años sea autónomo en el plano académico (que organice los tiempos que necesita dedicar a cada cosa, que estudie sin ayuda, entregue trabajos en fecha, prepare su mochila, etc.), si no ha trabajado con anterioridad este aspecto en la esfera personal. Lo que supone que en cada etapa haya conseguido diversos hitos: vestirse solo, controlar el tiempo para llegar puntual a clase, ordenar su escritorio…

Esto significa que hay una cuestión básica que tendrán que tener en cuenta en los hogares y centros educativos. Y es que la independencia en el plano escolar se consigue cuando previamente se han sembrado las bases de la autonomía y la responsabilidad personales.

¿Por qué es importante ‘aprender a aprender’?

Algunas de las razones para estimular esta competencia son:

1. Mejora la autoestima.

Cuando se entrena a una persona para que haga las cosas por sí misma, aumenta su sentimiento de capacidad. Es más probable que un niño que sabe que puede hacer las cosas solo se muestre más seguro, tenga una mayor autoestima y manifieste una confianza superior en sus aptitudes.

2. Fomenta la responsabilidad.

En la medida en la que se va ganando en independencia, también se pueden ir asumiendo nuevos compromisos. En este sentido, los niños que son autónomos tienden a aceptar con agrado las responsabilidades. Y esto es porque se perciben a sí mismos como aptos para asumirlas con éxito.

3. Estimula el pensamiento.

Fomentar la competencia escolar permite que los niños y adolescentes empiecen a tomar decisiones, planifiquen el trabajo en el tiempo, dividan tareas complicadas en pequeños pasos más sencillos, puedan prever, etc.

4. Enseña habilidades útiles para la vida.

Sin duda, ‘aprender a aprender’ implica entrenar un conjunto de habilidades que les servirá para siempre y los preparará para la vida adulta.

¿Qué se supone que debemos esperar en cada etapa?

Como hemos señalado anteriormente, cada nivel tiene unas exigencias diferentes en cuanto al desarrollo de la autonomía. Estas son las principales:

1. Educación Infantil

  • En este período se deben entrenar las habilidades relacionadas con el cuidado personal (vestirse, asearse, etc.).
  • Asimismo, sería recomendable añadir paulatinamente algunas obligaciones, como preparar por la mañana el almuerzo para el recreo, dejar lista por las noches la mochila (si la utilizan) o la ropa del día siguiente.
  • En estas edades también pueden recoger sus juguetes, ayudar a poner la mesa, limpiar el polvo con un trapo, etc.

Aunque pudiese parecer que estas habilidades no guardan relación con la competencia escolar, lo cierto es que gracias a ellas los niños son más conscientes de lo que sucede a su alrededor y desarrollan la memoria, la atención, la toma de decisiones, la conciencia de la duración del tiempo, etc.

En este sentido, lo que se debe esperar en estos años es que las personas adultas hacen y los niños ayudan.

2. Educación Primaria

A partir de la esta fase se pueden ir invirtiendo los roles. Es decir, ellos hacen cada vez más y las personas adultas ayudamos o guiamos. Así pues, podemos esperar que, con entrenamiento, se encarguen de las siguientes tareas:

  • Preparar su mochila.
  • Adquirir el hábito de mirar la agenda.
  • Saber buscar información.
  • Organizar su trabajo diario.
  • Cuidar su material, etc.

3. Educación Secundaria y Bachillerato

Una vez que llegamos a esta fase, los alumnos tienen la mayor responsabilidad en sus estudios. Es decir, ahora son los encargados de hacer. Y el rol de las personas adultas es el de supervisar únicamente en los casos en los que requieran ayuda.

¿Cómo pueden las familias contribuir a la autonomía escolar?

Para ayudar en este proceso, y que aprender en tiempos de COVID sea menos complicado para los estudiantes y sus familias, os ofrecemos algunos consejos:

  1. Recomendamos la utilización de la agenda diariamente, como recurso para recordar y organizar tareas.
  2. Cuando tu hijo tenga dudas, muestra paso a paso cómo se hace y luego pídele que te lo explique a ti.
  3. Elaborad en conjunto una hoja de recursos para dudas en futuras ocasiones; así podrá disponer de ideas cuando las necesite.
  4. Establece hábitos paulatinamente: primero menos tiempo y luego más.
  5. Insiste en la importancia de ordenar el material y su escritorio.
  6. Deja que primero haga lo que sabe y consulte las dudas al final.
  7. Limita los aparatos electrónicos en el espacio de trabajo.
  8. Ten paciencia: aprender a hacer las cosas con autonomía requiere de tiempo y práctica.
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