El día a día de de los niños celiacos en el colegio: Qué medidas hay que tomar

El día a día de de los niños celiacos en el colegio: Qué medidas hay que tomar

María van der Hofstadt Rovira, Sapos y Princesas, El Mundo, 26/11/2019

La asistencia de un niño celiaco a un centro escolar genera cierta inquietud en su entorno familiar. Es frecuente que sus más allegados se preocupen por determinadas situaciones, si comen algo que no deben que provenga de otro compañero, si entenderán su situación en el centro y si fomentarán que participe en las actividades, si contarán con él cuando se celebren algún cumpleaños en clase y, claro, si la comida estará elaborada de forma correcta, en caso de que acuda al comedor.

A lo largo de este artículo vamos a abordar la situación teniendo en cuenta los diferentes momentos y cuestiones que pueden generar dudas e incertidumbre entre padres y docentes.

Allanar el terreno en casa 

Desde casa hay que trabajar con el niño una serie de aspectos para que su paso por el colegio sea más sencillo. Hay que hablar de ello y transmitirle la importancia de ser igual de estrictos que en casa con la dieta sin gluten intentando en todo momento, normalizar la situación. El hecho de que un este conozca su caso es fundamental para que pueda explicárselo a sus compañeros y profesores.

Además, por parte de la familia siempre es recomendable acudir al centro y hablar con todos los implicados en el día a día del niño (docentes, monitores, otros padres y madres). La mayoría de las asociaciones que forman parte de FACE tienen proyectos a través de los que desarrollan programas que facilitan esta integración dentro de los centros. Tan importante como que los docentes y responsables de comedor estén al corriente de la situación, es que los compañeros empaticen con el niño y entiendan su situación.

Aspectos a tener en cuenta en el comedor

Casi dos millones de niños hacen uso de los comedores escolares españoles. Teniendo en cuenta que un 1% de la población es celiaca, el número alumnos con esta enfermedad que hace uso de estos recursos podría superar los 20.000 (fácilmente). De acuerdo a la legislación actual, el centro escolar está obligado a ofrecer una alternativa sin gluten segura a estos alumnos, y en caso de que la organización o las instalaciones lo impidan, deben facilitar la situación almacenando la comida del niño en las condiciones necesarias y siempre calentándola apropiadamente, antes de que vaya a ingerirla. Es decir, la ley obliga a
que haya opciones sin gluten disponibles, lo que no detalla es cómo debe ser este menú.

Para facilitar este proceso, desde FACE y sus asociaciones se trabaja con empresas de catering y restauración colectiva para garantizar la seguridad de los menús para celiacos en los colegios, e intentar que los menús alternativos se parezcan a los originales. Es importante que este trabajo se coordine, con el fin de establecer protocolos de seguridad alimentaria que faciliten la operativa en cocina y que permitan tener identificados a los niños celiacos en todo momento, proporcionándoles opciones adaptadas a sus necesidades.

Medidas que hay que tomar en el aula

Dentro de clase también es fundamental que todo el mundo esté al tanto de la situación del niño, celebraciones, talleres y actividades en las que se emplean distintos tipos de material. Aunque cada vez son más los fabricantes que elaboran productos de papelería sin gluten y sin alérgenos alimentarios, todavía se puede encontrar algunas plastilinas, ceras, pinturas, témperas, acuarelas o pegamentos, que los contengan.

Es importante tener claro que, de acuerdo con los expertos, los celiacos pueden tocar, manipular, trabajar o jugar con este tipo de elementos sin que esto suponga ningún peligro para ellos, salvo que se los coman. La exposición de la piel de estos niños a los materiales es temporal ya que no se aplican sobre el cutis o las mucosas como ocurre con los cosméticos. Sin embargo, el objetivo de un niño pequeño que está descubriendo el mundo es explorar todo lo que les rodea, y esa investigación se realiza experimentando con todo lo que tienen a su alcance. Debemos dejarles hacerlo, pero controlando la situación, acompañándoles, para que aprendan que esos productos no se deben meter en la boca, porque no se comen.

De forma habitual en clase les enseñan a adquirir hábitos de higiene personal y es algo que desde casa también se debe fomentar. Lavarse las manos antes de ir a comer, después de terminar de jugar, hace que los restos de estos materiales que puedan quedar en las manos, queden eliminados, evitando así que contaminen su comida con ellos. Teniendo esto en cuenta, el niño celiaco puede realizar el mismo tipo de manualidades que sus compañeros no celiacos, con productos de todo tipo.

Respecto a las celebraciones y los momentos en los que por el motivo que sea se coma dentro del aula (almuerzos o meriendas cuando son muy pequeños), es importante que el docente controle si el niño puede o no ingerir lo que se está ofreciendo, y que fomente que el celiaco forme parte de la actividad. Trabajar la situación con el resto de compañeros y explicarles qué le ocurre puede facilitar mucho que el grupo integre por completo al niño celiaco, que empaticen con él y le ayuden a llevar su dieta correctamente.

En el patio y otras actividades

Cuando el momento del almuerzo no sea dentro de la clase sino en el patio, es importante transmitir tanto al celiaco como a su entorno la importancia de no probar o compartir la comida de los compañeros y amigos.

Asimismo, cuando en la escuela se planifiquen actividades fuera de lo habitual, en las que haya comida, se debe contar con opciones para el niño celiaco, con el objetivo de que también pueda disfrutar del evento, o notificárselo con antelación a su familia para que le preparen comida en casa y no se quede sin poder participar.

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