Helicobacter pylori en niños: que síntomas produce y cómo se puede prevenir y tratar

H.pylori

Sapos y Princesas, El Mundo, 21/01/2022

Descubierto hace menos de medio siglo tras convivir durante decenas de miles de años con los humanos, la presencia del Helicobacter pylori en niños no es demasiado habitual. Se calcula, según datos facilitados por la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, que entre el 25% y el 30% de la población infantil lo alberga en sus organismos, un porcentaje que asciende al 50% si hablamos de los adultos. Pero, ¿de qué formas afecta a las personas dicho microorganismo y qué puede hacerse para detectarlo y aliviar las dolencias que provoca?

Síntomas del Helicobacter pylori en niños y en adultos

Tal y como explica la Asociación Española de Pediatría, se trata de un patógeno que no produce síntomas en la gran mayoría de los casos, por lo que cualquiera podría tener una infección por esta bacteria sin saberlo y sin sentir daño alguno. Cuando se manifiesta, lo hace mediante la aparición de una gastritis o de una úlcera, algo que provoca dolor de estómago y molestias abdominales pero que se da en un reducido porcentaje de los portadores.

Síntomas del Helicobacter pylori
El Helycobacter pylori puede provocar serios problemas estomacales | Fuente: Pexels

Sin embargo, según refleja la agrupación médica en una publicación relacionada, el helicobácter no causa reacciones físicas características en niños. Nada tiene que ver, por ejemplo, con escenarios como el típico dolor abdominal de causa funcional que se produce con frecuencia en los menores, que es benigno y, de hecho, tampoco está conectado con otras enfermedades.

La SEGHNP, si bien puntualiza que la mayor parte de la población infantil no exterioriza síntomas derivados de la presencia del patógeno, enumera algunos que pueden llegar a tener lugar. Entre los mismos, como se detalla en su web, están los vómitos, las náuseas, la hinchazón y las digestiones pesadas.

Cómo puede diagnosticarse

Desde esta asociación de expertos en dolencias digestivas apuntan a la existencia de varios métodos para diagnosticar este tipo de infección. Antes de ello y dada su prevalencia, sitúan como requisitos más importantes para proceder aspectos como que los síntomas sugieran complicaciones debidas a la bacteria o que el menor sea susceptible de tratamiento. En caso de que se decidan acometer acciones para detectar el virus, se puede hacer mediante las siguientes pruebas:

  1. La del aliento con C13, consistente en ingerir una sustancia con un isótopo no radioactivo que se puede detectar analizando el aire espirado, evita las molestias y dolores de otros métodos invasivos.
  2. La endoscopia, a partir de la que se realiza un cultivo de la mucosa gástrica. Pese a ser sedados, es una práctica desagradable para los pacientes y no está disponible en todos los centros médicos, por lo que no suele ser la elección inicial. Sin embargo, cuando es necesaria, también puede indicar a qué antibióticos es sensible la bacteria para determinar los fármacos más eficaces.
  3. El análisis de heces, otra prueba que, como la del aliento, emplea una procedimiento no invasivo.
    Diagnóstico del Helicobacter pyloriEl Helicobacter pylori en niños puede detectarse mediante distintas pruebas | Fuente: Pixabay

Cómo se previene y se trata el helicobácter

La prevención, en palabras de la AEP, es difícil. No se conoce con exactitud cómo se propaga el germen, pero se sabe que se transmite de persona a persona y que se necesita una convivencia íntima y prolongada para que el contagio se produzca. Por eso mismo, es más probable tenerlo cuando hay otros miembros de la familia con el helicobácter en su estómago.

En cuanto al tratamiento, según indica la doctora y miembro de la SEGHNP Juana María Rizo, del Hospital Universitario Infanta Sofía en Madrid, no siempre es necesario eliminar la bacteria. Si el pediatra considera que debe hacerse, la pauta más habitual consiste en una combinación de dos antibióticos y un inhibidor del ácido o un antiulceroso, a lo largo de entre 10 y 14 días.

La eficacia de la medicación frente al helicobácter se se sitúa entre el 65 y el 80%. Para que tenga éxito, es muy importante tomarla tal y como la paute nuestro especialista, puesto que de lo contrario no solo no funcionará igual, sino que contribuirá a crear resistencia a la misma por parte del patógeno. Por último y de cara a la recuperación, existe un aspecto a tener muy en cuenta. El haber hecho desaparecer la bacteria no impide que, en lo sucesivo, podamos volver a reinfectarnos.

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