Preparar a los niños para el desconfinamiento

En esta entrada voy a hablar sobre la preparación de los niños para el desconfinamiento.

No todo puede ser tan sencillo como parece. Como explique en el programa anterior, los niños, en este caso menores de 14 años, que son los que probablemente se deje salir primero, están dentro de franjas de edad muy diferentes, pero todos ellos desde los 4 a los 14 años, no solo pueden estar sintiendo un gran estrés por el confinamiento, dependiendo de sus características individuales y su contexto hogar-familia con todas sus diferentes variables, sino que además, en estos últimos días, la cascada de información a la que de manera involuntaria pueden estar accediendo sobre su posible salida al exterior, puede perjudicar su estado emocional.

Todos sabemos lo que es la esperanza y la ilusión de un niño por conseguir algo que necesita para crecer, vivir y ser feliz: jugar con sus amigos, sentirse libre para andar por su mundo conocido, sus calles, sus parques, sus escuelas y colegios… Y en estos días se les dice tan pronto que ya van a poder salir…como que no va a ser exactamente así… y que además no podrán jugar libremente, ir al parque, etc…

Es necesario que los niños comiencen a NO tener acceso a la información que sobre ellos se da en los medios de comunicación.

No se pueden estar dando falsas expectativas a nuestros hijos sobre su vuelta a la vida normal.

Por este motivo, es necesario hablar con ellos, prepararlos para volver durante un tiempo al exterior, PERO reforzando la necesidad de cumplir una serie de normas, a modo de juego, que han de cumplir, y solo por un tiempo…

Es indispensable sentarse con ellos y hablarles con claridad de lo que sucede y lo que deben y no deben hacer si desean salir a la calle, entendiendo que es una medida común para los padres y los hijos. En este punto, aclarar que el padre o madre que sale a comprar, es porque está permitido, y lo hace solo o con un menor, porque no tiene con quien dejar a ese niño en casa (explicación si no es su caso).

Los niños pueden entenderlo todo, si se les habla desde el amor, la comprensión y con claridad, sin omitir aquello que no les va a gustar, pero siempre a través de nuestra propia voz, sus padres o custodios.

Lo que no es sano para ellos, es estar expuestos a los medios de comunicación, y más en lo referente a su propio desconfinamiento, generando muy a menudo falsas esperanzas sobre el cuándo y el cómo, en la medida que no pueden entender el cómo y porqué pueden o no pueden salir,  y crearles un estado de ansiedad continua sobre el cuándo.

En este sentido y sobre este tema, los adultos a estas alturas del confinamiento, ya tenemos larga experiencia sobre la diferencia entre lo que se nos informa o se nos dice a través de diferentes medios y lo que puede o no puede estar equivocado, o no ser exactamente tal y como nos informan,  o sencillamente  a corto o medio plazo observar que no era cierto.

Pero nuestra resiliencia como adultos es mayor, dependiendo de nuestra forma de vida, nuestras características individuales, familiares y sociales, hemos tenido ya el estrés y la ansiedad como compañero de viaje en nuestras vidas más de una vez, o algunos hasta día a día. Hemos aprendido a no temer ese estado de ansiedad, nos lo reconocemos por diferentes síntomas que cada uno de nosotros identificamos y tratamos de gestionar, mejor o peor en diferentes ocasiones, y hasta muchos lo tratamos, como en mi caso, a través del Mindfulness diario, otros a través del gimnasio, o de un contacto estrecho con la naturaleza, etc.

 Pero en los niños, y como decía anteriormente, no es así.

Pasar de la alegría del “ya voy a salir a la calle” y como niño que soy, imaginar lo que podré hacer, lo que supondrá… IMAGINAR… al ahora exactamente, donde quizás no podrá salir porque no tiene la edad, o sí tiene la edad pero NO podrá jugar y a lo peor tendrá que ir de la mano o muy cerca de nosotros, sin despistarse, sin alejarse más de un metro, sin tocar… puede que veamos gente con mascarilla, con guantes, hasta podrán ver gente con ropa como de astronauta con mangueras desinfectando contenedores, etc…

Es imprescindible tener el discurso preparado, lo que tenemos que decir muy claro, que el mensaje llegue con serenidad, sin miedos, sin incertidumbre, y sobre todo y lo más difícil, sin contradicciones, porque los niños no entiende el ahora sí, y ahora no, o el que se les diga una cosa y luego sea otra, a lo que los adultos estamos, desgraciadamente, demasiado acostumbrados.

La congruencia y la verdad siempre de la mano, para que nuestros hijos se sientan seguros a nuestro lado. Es preferible OMITIR que MENTIR; si algo no te lo puedo decir, no te lo voy a decir te pongas como te pongas porque NO puedo darte una información de la que NO estoy seguro que sea totalmente cierta, cuando yo o nosotros la contrastemos y dejemos en la nevera  (es decir, que se enfríe, para saber cómo y de qué modo informamos), te la contaré u os la contaremos.

Con la seguridad de que te la vamos a contar, pero cuando lo consideremos oportuno por ser cierto, contrastado y bueno para ti. No todo lo que oímos o nos dicen es cierto, y los padres tenemos la obligación de tamizar la información para que nuestros hijos no estén en vilo  y no sufran por ello.

Con aquellos niños que en estos momentos muestren síntomas de mayor estrés y ansiedad, habrá que tener un especial cuidado en cómo y qué se dice.

En el próximo podcast hablaré de síntomas de ansiedad y cómo ir tratándolos en casa, y como el desconfinamiento en aquellos niños con problemas de ansiedad, la salida ha de ser muy gradual, y de una forma determinada.

Hay que tener en cuenta que puede que algunos niños no deseen salir de casa, por miedo u otros motivos, o bien, una vez fuera en algún momento presenten miedo o ansiedad, y es imprescindible que antes de salir de casa les hayamos preparado.

Mientras,  en esta web tenéis un podcast con la relajación de Jacobson, que os recomiendo diariamente para los niños, así como ejercicios de respiración en Mindfulness para niños del método ”Tranquilos y atentos como una rana”. Ahora más nunca cuando tengan que volver a salir.

La información que necesitan los niños no es exactamente cuándo van a salir, que SÍ VAN A SALIR, siempre y cuando a los papás y custodias, se les permita hacerlo, porque si no lo hacen así tendrían que pagar una multa muy onerosa.

Es importante que sepan que no somos sus carceleros, que es una medida de salud de todo el país: todos los niños de este país están como ellos y es una medida de salud para que luego todos podamos volver a salir como antes, pero poco a poco, que salir a la calle NO ES UN RIESGO, pero sí que hay que hacerlo poco a poco y según nos manden, “literalmente”; de la misma forma que no podemos saltarnos un semáforo en rojo, NO PODEMOS SALIR hasta que se ponga en VERDE.

Sería interesante que si nos dan unas horas para salir, lo marquemos en las rutinas con un semáforo verde a su hora, para que los más pequeños lo entiendan.

Remarcar que la calle NO ES PELIGROSA, que NADIE ES PELIGROSO.

Hay un virus o bichito, según la edad, que es invisible para nuestros ojos, y que te hace ponerte enfermo, y sobre todo a los más mayores, a los yayos, les puede hacer mucho más daño, porque nosotros los niños somos más fuertes y podemos con el bichito. Por ese motivo, tenemos que tener cuidado de no llevárnoslo a casa.

¿Cómo? No tocando. Si tocamos todo, no sabemos dónde está, porque es invisible, así que procuramos NO TOCAR. Por eso no nos dejan ir al parque a jugar y solo nos dejan pasear, etc., porque cuando jugamos tocamos cosas y todavía pueden no estar desinfectadas.

También nos obligan a llevar mascarillas, por si alguien lleva encima el bichito y no lo sabe. Si todos llevamos nuestra mascarilla todos somos iguales, y podremos acabar con él entre todos:

MISIÓN: ACABAR con COVID-19. Si nos ponemos guantes, no podemos llevarnos las manos a la cabeza, no tocarnos. Es muy parecido a cuando tenemos piojos, que sabéis muy bien que tenemos que tener cuidado, pues igual, mantendremos la distancia, no porque pase nada a nadie, sino por sí lleva a COVID.

Covid no hace daño a todos los niños, porque los niños son más fuertes, pero puede, a través de ellos hacer daño a los mayores o a los enfermos.

Los niños tenemos que demostrar que sabemos cumplir las normas de ir cerca de mi papá o mamá, de no tocar, de no alejarme cuando paseo, etc., para que nos sigan dejar saliendo, y mis hermanos o amigos más mayores puedan también salir, y aprendan de lo bien que lo hemos hecho nosotros.

En el siguiente podcast hablaré sobre los indicadores de ansiedad y estrés, así como el modo de afrontarlos a través de nuestra ayuda, y la forma gradual de ir   venciendo los miedos.

Os deseamos que podáis salir todos a la calle con mucha salud y mucha fuerza.

Un abrazo y hasta el próximo podcast.

 

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